Cuento n°4
¿Por qué
me tratan como un objeto de esta forma? ¿Por qué no puedo simplemente ir caminando
al quirófano? Debe tener una razón. No veo cual es, la cantidad de gérmenes que
voy a llevar a la cirugía van a ser los mismos si me mueven en una camilla o
no. Tal vez es para evitar que algún loco se levante y se escape de la cirugía,
aunque pensándolo mejor, estar en esta camilla no me impide nada. No hay nada
físico que me obligue a estar acostado, lo único que existe es la influencia
social que presiona mi cuerpo tan fuerte que me impide levantarme. Me hace
sentir tan débil en esta, como un paciente terminal. A pesar de que no haya una
diferencia real entre mi yo de la camilla y mi yo de hace 15 minutos o mi yo
del día rutinario. No hay nada físico que me haga sentir así, es solo la
situación la que crea este fantasma, esta idea que se siente material, pero es
igual de mental como cualquier otra.
En la
lejanía de la habitación se escucha la voz del cirujano hablando sobre mi
¿Quién se cree que es? ¿No se da cuenta que puedo escuchar claramente lo que él
dice? O tal vez genuinamente crea que solo soy un mueble incapaz de escucharlo,
o si pudiera escucharlo daría igual porque como mueble carezco de dignidad
¡Hagan chistes sobre mí! Me da igual, solo soy un mueble así que ni siquiera
los escucho. En el momento que me pusieron en esta camilla deje mi condición de
persona y ahora soy solo un objeto. Me degrade a un mueble, un obstáculo. El
imbécil de ¿¿¿??? me dejo obstaculizando una habitación que al parecer todo el
mundo quiere pasar. Cada dos o tres minutos viene otro trabajador intentando llegar
a su destino obstaculizado por mí y moviéndome unos metros para llegar a esa
habitación. El que me muevan así llama la atención sobre mi cercanía a un
mueble; me hace sentir como un no humano incapaz de actuar, obligado a dejar su
destino por manos ajenas. Me siento humillado cada vez que me mueven para
pasar. Ni siquiera se deberían molestar en disculparse al terminar ese
intercambio, hagan lo que quieran conmigo, ya me deshumanizaron lo suficiente.
No es necesario que ignoren aquello que ya lograron conseguir.
¿Estos
criticismos son genuinos o es solo una forma de divertirme? No creo que me
moleste particularmente que me traten como un objeto y entiendo que deben tener
sus razones para el procedimiento. Sin embargo, no hay nada que pueda hacer en
este estado y el criticismo es una forma de pasar el tiempo en mis propios
pensamientos (y funciona muy bien para eso). Es entretenido poder organizar
todos los elementos exteriores con una narrativa específica y crear argumentos
sobre eso para exponer a un público inexistente. No solo eso, el criticismo me
eleva en cierto modo. Me permite verme no solo como una persona atrapada en su
realidad material (en este caso bastante patética), sino que me vuelve un crítico
que se eleva de su contexto y es capaz de analizar todo desde un punto de vista
objetivo, alejado de la situación. Y, a pesar de eso, también me hace sentir
como el perjudicado por sus circunstancias. Me vuelvo el verdugo y a su vez la
víctima. Me permite victimizarme sin sentirme débil. Podría aceptar los hechos
de forma estoica, sin molestarme en absoluto, enfrentados a un yo inamovible,
pero ¿Cuál es la diversión en eso?
¿Qué se
supone que piense de otro modo? ¿El resto de personas que pensaran en esta
situación? Una persona que me vea de forma superficial nunca podría adivinar en
lo que estoy pensando en este momento, probablemente crean que estoy teniendo
pensamientos negativos o tenga miedo sobre el procedimiento (¿Procedimiento?
Debería decir cirugía). O tal vez me infantilizan por lo que mi cuerpo está
expresando, me ven solo como un paciente terminal sin esperanza deprimido por
su futuro ¿Qué pensamientos se suelen asociar a una persona en una posición de
inferioridad como esta? Creo que nunca vi a alguien en una camilla y me
pregunte que podría estar pensando, de hecho, creo que asumo implícitamente que
no está pensando nada porque no creo que ningún pensamiento pueda hacer
justicia a su situación, lo menos que espero es que este teniendo pensamientos
tan cínicos como los míos. Sin embargo, no creo que sea tan raro matar el
tiempo así en una situación similar; si no tuviera la queja, ahora no estaría
pensando en nada, y eso me haría sentir incomodo. Incluso diría que tendría
miedo de estar en un contexto así y no poder pensar en nada, sería como
restarle importancia a la situación, al contrario, debería tener mi mente llena
de ideas, por más inútiles que sean; esa es la correcta forma de enfrentarme a estas
circunstancias.
Probablemente
crean que estoy teniendo pensamientos negativos o tenga miedo sobre la cirugía.
0,5% la probabilidad de morir en esta situación, si tiraría un dado con 0,5% de
que caiga en un lado especifico apostaría todo lo que tengo a que caería en
cualquier otro lado. De 100 personas, una mitad de persona muere. De 1000, 5
personas mueren. De los millones de cirugías que se hicieron en un año, miles
murieron. Y yo me puedo volver parte de ese número. Un número que solo vi por
la pantalla de mi celular por unos segundos para tranquilizarme y ahora me
puedo volver parte de ese porcentaje, otro caso más sumado al resto. 0,5% es un
numero razonable, no es imposible que caiga ahí; cualquier cosa podría salir
mal y esta cirugía seria lo último que hice en vida, una muerte anunciada en el
momento que vi el 0,5, y condenada en el momento que decidí ir al médico. Desde
ese momento el destino arreglo las cosas para que este momento sea mi final, mi
último respiro en este hospital, probablemente drogado y sin conciencia.
Después de eso no habrá más, todo terminara, todas las cosas que quise hacer se
van a desvanecer y todas las oportunidades de ser feliz desaparecerán con ella.
Nunca pude ser feliz y ahora me voy a morir sin haberlo sido.
¿Estoy
siendo demasiado catastrofista? Tal vez, aun así. “Deberías recordar que solo
hay un 0,5% de probabilidad de morirte” No me calma. 0,5% ¿Por qué decidí
hacerme la cirugía en primer lugar? La complicación por la que vine no puede
matar y, aun así, arriesgó todo para solucionarla. Fue un error venir, debería
levantarme e irme. Solo debería sacarme las frazadas y caminar hacia la salida.
No hay ningún poder superior que me obliga a estar acostado acá, no tengo
ninguna obligación moral de quedarme (o si la tengo, no es más que un fantasma,
una fantasía que me cuento pero que solo existe en mi cabeza y que es imposible
de demostrar por fuera de ella), lo único que actúa en este mundo son los
humanos, y ningún humano podría evitar que me fuera. 0,5%. Lo escucho y mi
corazón empieza a latir más rápido, mis ojos se abren, mis papilas se dilatan,
mi estomago se revuelve.
Que
horrible es que me levanten de la camilla hacia la cama de la cirugía.
Tranquilamente me podría levantar y moverme hacia ahí. Pero aun así 2 personas
tienen que moverme de un lugar al otro. Es tan raro que me levanten así, me
hace sentir como si fuera un cuerpo (o, mejor dicho, como un cadáver). Es un
recordatorio de que el momento en el que me pusieron en esta camilla deje mi
condición de persona y ahora soy un objeto. Me están por poner la ¿¿¿???, estoy
demasiado metido en el agujero y ya no puedo hacer nada para salir, tengo que
aguantar hasta que todo termine. Solo 20 minutos de cirugía y ya todo habrá
terminado.
¿Realmente
no me puedo ir? No hay nada que me evite irme, pero no puedo pensar en hacerlo.
Es demasiado bizarro, algo digno de un loco, no de una persona normal como yo
¿Cómo reaccionarían las personas en la habitación al verme yéndome por la
puerta? ¿Cómo reaccionarían las personas viendo un paciente que estuvo a punto
de ser tratado caminando por los pasillos como si nada? ¿Podrán legalmente
evitar que me vaya? No lo creo, aun así, por más irracional que es no irme
queriendo ir y sin nada que me lo evita, no puedo obligarme a hacerlo, no puedo
ni siquiera imaginarlo, a este punto prefiero seguir con la cirugía,
enfrentarme al 0,5%.
¿Es normal
que me duela un poco la cirugía? ¿Les debería decir de algún modo que estoy
sintiendo dolor? Voy a empezar a ¿¿¿??? cuando sienta malestar para darles una
idea de lo que siento.
Todos en
esa habitación hablan como si nada estuviera pasando. Estos trabajadores deben
haber visto cientos o miles de pacientes como yo ir y venir. Al principio puede
que les haya afectado el estado (a veces terminal) de sus pacientes, pero ahora
es solo parte de su rutina. Pueden (y lo hacen) hablar de las cosas más banales
mientras que los pacientes se retuercen en sus pensamientos ¿Cuántas personas
habrán tenido momentos tan significativos e incluso traumáticos mientras que
los trabajadores hablaban del clima? Es tan raro entrar a su mundo así, con
conversaciones tan banales realmente se puede entender a estas personas, entras
en su mundo, en su rutina, en su día a día, por unos segundos. No estoy
interesado en las grandes narrativas de estas personas, las “historias
completas” de su vida que solo comprenden los momentos significativos. Esas
historias que ellos se cuentan a ellos mismos no me dicen nada de cómo viven,
de cómo experimentan el mundo, como es ser ellos; al contrario, ver su día a
día me abre las puertas a conocerlos y saber cómo son a un nivel mucho más
profundo que cualquier enorme narrativa podría ser ¿Cómo es un pedazo de un día
promedio de ellos no diferente a los millones de otros que viven? Eso es lo que
me interesa.
1, 2, 3 Ay.
La anestesia (esa era la palabra que no recordaba hace unos segundos) está
empezando a hacer efecto, me siento desinhibido. El tacto se siente extraño,
lejano. La propia realidad se siente así, como si mi conciencia se haya
separado de sus sentidos. Me están inyectando demasiada anestesia, creo que
calcularon mal los números. La sobredosis por anestesia es una de las causas
más comunes de muerte en una cirugía. Voy a morir. Me siento cansado, no puedo
ni siquiera centrarme para gritarles que paren; solo quiero quedarme acostado.
Mi boca no responde, por más que le ordene que actúe, se queda quieta. No puedo
hacer nada, mi cuerpo ya no está bajo mi control.
Hace unos
minutos la mera posibilidad, por más baja que fuera, de morirme me hacía
patalear de terror. Ahora que mis mayores miedos se están haciendo realidad, no
siento nada ¿Por qué no estoy llorando de terror? En perspectiva, la muerte es
otra verdad no diferente a cualquier otra, es solo algo que existe en la
realidad, al igual que cientos de cosas que reconocemos sin problemas. Sin
embargo, tomamos esa verdad y nos asustamos de ella, la pensamos y nos
deprimimos, mientras que otros hechos son ignorados arbitrariamente. En este
estado siento que todos los hechos me resultan igual, la muerte pasa por mi
cabeza, la pienso, pero no me produce efecto. Una verdad ya no me puede hacer
daño, ya no me puede asustar, la muerte se redujo en su puesto jerárquico al
lugar donde debió estar desde el principio. Ahora está junto al resto de
verdades; no es diferente a el color azul del cielo, o de una ecuación
matemática. La acepto como un hecho igual que hago cualquier otro hecho y por
más que la piense sé que nunca me va a atravesar. No niego que yo pueda llegar
a sufrir, que ciertos hechos me puedan producir sufrimiento, pero eso solo será
en el momento en el que lleguen. El sufrimiento futuro ya no me da miedo, quien
sea el que tenga que tolerar aquello ya llegará, ahora puedo vivir sin angustia
en el presente eterno (y estoy seguro de que mi yo futuro estará feliz que no
sufrí por su martirio en el pasado). Si sufro en mi muerte que así sea, ahora
mismo no me podría dar más igual. El miedo a verdades, ya sea por sufrimiento
futuro o verdades abstractas, ya no me puede tocar y nunca lo hará.
Siento
como si me estuviera por reventar por toda la anestesia en mí cuerpo. Estoy a
punto de desmayarme (aunque pensándolo mejor, tal vez eso es solo la muerte)
¿Sera acaso la propia sobredosis la que me causo tanta calma? La muerte se
acerca tan inevitablemente y aun así me cuerpo no reacciona, sigue sin
responder por más que le grite que actúe.
El miedo a
verdades, ya sea por sufrimiento futuro o verdades abstractas, ya no me puede
tocar y nunca lo hará ¿O lo hará? Este estado es temporal, solo llegue a pensar
eso porque me metieron anestesia por las venas y me llego al cerebro. Pero si
me sacarían de mi cuerpo cada gota de anestesia, si me golpearan hasta que no
haya efecto alguno, si ahora mi yo volvería a mi yo rutinario, del día a día;
volvería a temerle a la muerte y a otras verdades que no puedo cambiar.
Volvería a golpear al muro de la realidad, intentando reducirla, achicarla,
hacerla desaparecer, y me voy a deprimir al ver que el muro sigue de pie por
más que esfuerce, sin darme cuenta que la inalterabilidad del muro es justo
porque no debería afectarme, y la única forma de reducirla es aceptándola. O
tal vez lo entienda, pero no pueda evitar que me afecte irracionalmente,
incluso aunque mi yo presente haya llegado a la irrefutable conclusión que no
tiene sentido hacerlo.
¿Sera
acaso mejor que me muera en esta cirugía? Mi yo pasado estaría llorando
pensando en eso, pero si llegue a tal paz, a tal reconciliación de aquellas
verdades que están por encima de mí y de cualquier otro hombre, tal vez que
muera ahora sea una dicha, ahora que no me da miedo. Evitar la angustia que
sufriré una vez mi yo futuro se enfrente a la muerte. De todas formas, aunque
ahora la quiera rechazar, la anestesia sigue entrando en mi cuerpo por el tubo
conectado en mis venas, y no puedo parar ese flujo ni desconectarlo de mi
cuerpo, así que lo único que podría hacer para pasar estos momentos es aceptar la
muerte.
Otra
verdad que me hubiera producido miedo en un pasado es la materialidad de mi
cerebro. Estoy acostumbrado a verme como un ser abstracto, un alma que existe
por fuera de la materialidad del mundo. Sin embargo, la anestesia demostró que
esa comprensión de quien soy está equivocada, que no soy un alma libre que
decide sino un producto de la materia que llamo cerebro, y, así mismo, materias
externas que puedan cambiar el cerebro también pueden cambiarme a mí. La
anestesia modifico mi esencia, modifico mi personalidad, modifico quien yo soy
fundamentalmente, mi filosofía (aunque sea de forma temporal) y si logro eso,
no es imposible que otras materias puedan hacer lo mismo y que lo que hagan
perdurar, una bebida que, al tomarla, desde ese momento hasta mi muerte, mí yo
sea otro yo. Esta contradicción entre mi yo inmaterial y eterno, y mi cerebro
físico y maleable, me perturbaba, pero ahora está junto al resto de verdades,
no es diferente a una verdad matemática. Sí; voy a morir, sí; no hay nada en mi
más que un cerebro pensante ¿Por qué me debería angustiar? De hecho, pensándolo
mejor estoy feliz de la materialidad de mi cerebro, si fuera de otra forma la
anestesia no me podría haber llevado a la felicidad en la que me encuentro.
Que tan
poco se necesita para ser feliz. Soy un cuerpo atrapado que lo único que puede
hacer es pensar mientras muere lentamente, contenido en una habitación llena de
gente ignorante de lo que me pasa y que podrían salvarme si lo supieran, pero a
pesar de eso logre llegar a una verdad que me salvo y me hizo feliz. También estoy
feliz de ser capaz de poder entretenerme solamente con mis propios
pensamientos, solo con estímulos exteriores que me permiten desarrollar
razonamientos más complejos. Tantos amigos que he tenido y ninguno de ellos
pudo observar nunca como pienso ¿Qué tan diferente serán los monólogos internos
de las diferentes personas? Siempre que conozco a alguien termino teniendo una
idea de cómo desarrolla y conceptualiza ideas, como las analiza. Incluso entre
personas similares hay diferencias fundamentales en la forma en la que piensan.
Tantos amigos que he tenido y nunca nadie fue capaz de entrar en mis pensamientos,
si solo una persona fuera capaz de leerme, su percepción mía cambiara de forma
drástica, entendería realmente quien soy. Pero, aun así, mis pensamientos se
mantienen privados, y eso me permite una privacidad que nunca voy a tener con
ninguna otra persona. Mis monólogos internos nunca sirven a un otro, puedo
pensar todo con completa libertad y nunca me voy a no entender. Hablando con un
amigo siempre me cuesta nombrar los conceptos de los que quiero hablar, en mis
pensamientos, puedo saltearme esos muros, después de todo, yo siempre conozco
el significante del significado que busco; es un entendimiento absoluto que es
capaz de superar las barreras del lenguaje.
Debo
parecer tan patético visto desde afuera, un casi muerto delirante totalmente
drogado que, a pesar de estar a metros de evitar su muerte, no puede hacer
nada. Sin embargo, en mi mundo interior soy tan feliz y tan libre. La anestesia
sigue entrando y entrando y el tubo no parece que vaya a parar.
¿Qué
pensaran otras personas de mi monologo interno? Tal vez se les hace aburrido o
pretencioso, o simplemente inútil, ya que hasta el día de hoy mi pensamiento
nunca me logro llevar a una verdad, nunca pensé para llegar a una para ser
honesto, solo fue un juego, una entretención para hacer algo en aquellos
momentos de soledad, y me funciono. Toda mi vida busque relaciones sociales con
otras personas, pero en mis momentos de máxima felicidad, estoy solo.
No aguanto
más el dolor de cabeza, no aguanto más los sentidos tan alejados de mí, no aguanto
más como todo se siente tan irreal ¿Serán estos mis últimos momentos? ¿Habrá
sido una mala idea haber inmortalizado estos pensamientos como aquellos que
tuve antes de morir? Honestamente no hay nada más en lo que pueda pensar y
estos pensamientos por más banales me entretienen, al igual de mis pensamientos
antes de la cirugía, prefiero pensar en esto, que no pensar en nada, tener mi
cabeza vacía enfrentando estos momentos tan importantes. Entiendo a quienes
lloran en momentos así y a su vez entiendo a quienes deciden pensar en cosas
banales, pero él no pensar en nada es una desgracia y quien haga eso demuestra
en el ser un especial tipo de persona muy patético; una persona incapaz de
pensar por más que los estímulos externos favorezcan tanto su pensamiento,
tantas cosas se pueden pensar sobre la muerte y si una persona es incapaz de
llegar a eso incluso cuando la muerte le está golpeando la cara a alguna es
porque su mente es especialmente corta. Si estuviera en esa situación me
sentiría mal no solo por ser ese tipo de persona, sino porque no espero de un
sentimiento de incomodidad en un momento así, espero cualquier otro
sentimiento, incluso indiferencia (como la que tengo ahora) es aceptable, pero
tratar esto como un trámite, algo que espero pacientemente sin nada que decir
ni pensar, mantenerme como un sujeto pasivo dejando que la muerte pase sin
reacción, eso sí que no. De todas formas, incluso si quisiera deprimirme, se me
haría imposible. Seria volver a hacer algo que logre refutar de manera tan perfecta
y con lo que no puedo contrargumentar por más que rebusque argumentos,
involucionar a alguien quien no soy ya. Me da igual si el resto de la sociedad
espera que llore y patalee, como haría mi anterior yo, decido enfrentar de la
mejor forma esta verdad y nadie, ni siquiera yo, puede hacer algo al respecto.
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