Cuento n°2
30 de
enero de 2022. Muero joven, a causa de un acontecimiento sobre el cual no tengo
control. De un segundo al siguiente toda mi vida desaparece por culpa de un
evento tan arbitrario como podría serlo cualquier otro.
31 de
enero de 2022. Renazco. Para el segundo día vuelvo a mi forma. Me veo en el
espejo y vuelvo a ver mi cuerpo. Sin embargo; nadie además de mí mismo es capaz
de verme. Grito y nadie me escucha. Estoy condenado a ser un espectador de
vidas ajenas de las cuales no tengo ninguna agencia. Observo a mi familia, como
recibieron la noticia. Mi corazón llora por no poder hablarles y decirles que
estoy junto a ellos. Todos asumen que me fui, pero yo sigo ahí. Lucia, mi
(ex)novia llora toda la noche, pero no puedo hacer nada para ayudarla. Me
siento culpable por hacerle sentir así. Me siento culpable por pensar que nunca
se va a recuperar.
22 de
febrero de 2022. Todo sigue su curso. Las lágrimas fueron secadas. Me doy
cuenta que la vida sin interacción es increíblemente aburrida. Espero en salas
de cine para ver cada película que está en taquilla para matar el tiempo. Para
la vigésima película me interesan más los espectadores que el espectáculo. Cada
una de sus pequeñas vidas y como llegaron hasta me resultan fascinantes. Cada
humano tan diferente al anterior y con una perspectiva tan única.
16 de
marzo de 2022. Todas las películas me aburren, todas siguen el mismo patrón. No
hay nada que ellas me pueden ofrecer ante la superioridad indiscutible de la
vida real. A este punto ya no me interesa el retrato de la vida, solo la vida
misma. Me apego a personas y las observo desde lejos, conozco sus dramas, su
personalidad, sus gustos, quienes son. Me resultan fascinantes. Son las 4 de la
mañana y busco entre la ciudad gente que me interese, encuentro 3 personas
hablando, la conversación me cautiva profundamente. Me siento incluido sobre lo
que hablan, por esos segundos dejo de sentirme solo. A las 2 horas la
conversación se vuelve circular. Me muevo a la casa de al lado con un artista
creando una pieza de arte. Observo atentamente cada paso del proceso. Me
sorprende el cómo el humano es capaz de crear tanto desde nada. Desde ese
momento cada vez que observo un artista me quedo pegado en su creación.
2 de julio
de 2022. Sebastián. Vive en un pequeño pueblo. Desde siempre tuvo grandes pretensiones,
pero la vida adulta destrozo sistemáticamente cada una. Paso de jurar escapar
de la ciudad que lo oprimía, a conformarse viviendo en la casa de sus padres
una vez ellos murieron. Escribe sus pensamientos como hobbie. Soy el único
además de el que los leyó.
Videl. Su
trabajo es todo para él. Se despierta y se duerme todos los días a la misma
hora, cada actividad realizada esta planeada desde antes en su rutina, junto a
su principio y su final. Mucha gente rechazaría esta vida, sin embargo, el la
disfruta. Al contrario de su estilo de vida, su trabajo es arriesgado. Implica
subidas y bajadas, y por eso mismo él lo eligió. No hay mayor felicidad que el
que el siente cuando una apuesta le sale bien y no hay mayor tensión que el
momento antes de dar vuelta la carta. Festejo sus victorias junto a él y
lamento sus derrotas.
Daniel. Un
artista famoso cuya fama lo a dejado en una terrible depresión. Cientos de
miles de personas alabando sus obras y él no les encuentra el gusto. Crea por
inercia y no por inspiración desde hace años. Su fama la utiliza para poder
vivir una vida hedonista en donde puede disfrutar los placeres carnales de la
vida sin preocupación alguna. Sin embargo, decidió crear una obra genuina por
una vez en su vida. Observe cada paso del proceso. Vi su obra caer y resurgir
cientos de veces.
30 de
octubre de 2022. Lucia encontró otro hombre. En algún momento de mi vida esto
me hubiera deprimido, pero ya no más. Viví con ella momentos de tristeza y
depresión por mi culpa, y sé que si logro buscar otro hombre es porque supo
dejarme atrás, y eso me hace feliz. Su nuevo novio es inteligente y lindo
(espero que más de lo que yo pude ser), se llama Matías Conti. Me quedo toda la
noche viendo como conversan. Lucia parece haber sanado ya, me hace acordar a
los primeros días cuando la conocí.
31 de
octubre de 2022. La conversación informal pasa a sexo, me quedo observando. De
vuelta, me hace acordar a una Lucia pasada que temí había muerto. Comprendí su
experiencia como mía. Al momento de verlos consumando el acto sexual pude entenderlos
y entender lo que ambos sentían el uno por el otro. Como una emoción ajena a
cada uno, algo que se había vuelto una emoción compartida por ambos como un
solo individuo.
2 de
diciembre de 2022. Hasta ese momento cada vez que veía católicos predicar su
religión me reía de ellos. Después de todo, sabía que después la muerte no hay
un cielo o un infierno; permaneces en la tierra por la eternidad. Un día
escucho un católico predicando. Según el, en la biblia nunca se explica el cómo
es el infierno, el castigo divino se mantiene un misterio. Me cuestiono ¿Esta
nueva vida es acaso un castigo por los pecados que cometí vivo? Desde ese
momento no hay día en donde no me arrepienta profundamente de lo que viví, y no
hay día en donde no me acerque a la religión (escucho atentamente cada sermón
que pueda) sin resultado ¿Acaso mis intentos son fundamentalmente egoístas? ¿Estoy
condenado a no tener perdón?
31 de
diciembre de 2022. Veo desde lejos a la gente festejar el final de un año,
observo atentamente que es el nuevo año para cada uno. Cada uno lo interpreta
de forma distinta. Significa cambios, nuevas oportunidades, ganas resurgidas
para hacer el próximo año mejor. A pesar de elementos en común, cada uno es
particular a su manera. Temo que esos sentimientos sean vacíos y desaparezcan
con el tiempo, rezo en el fondo estar equivocado.
1 de enero
de 2023. Festejo junto a todos.
28 de
enero de 2023. Es el aniversario de mi muerte. Intento recordar el primer día
de la vida posterior a la muerte. Todavía no existía, era capaz de observar la
existencia, pero no me había separado de ella. Vivía sin vivir. No sentía nada,
ni bueno ni malo. Solo existía. El siguiente día me separé de todo y me volví
único ¿Fue acaso mi deseo el volverme un individuo? ¿O fue algo de lo que no
tenía ningún control? Si fue mi elección el volverme uno, me arrepiento. No
porque odie como estoy viviendo, de hecho, lo estoy disfrutando. Pero se lo que
me depara, una vida eterna no puede terminar bien. ¿Cuántos pensamientos me quedan
antes de acabarlos a todos? ¿Cuántos sentimientos habrán de aquí hasta acabar a
cada uno? Temo todos los días que este sea el día en donde no disfrute nada más
de lo que me queda y vivir la eternidad restante odiándolo todo. Me veo en el
espejo y no sé a quién veo.
5 de mayo
de 2025. Estoy caminando por un parque que recuerdo de mi vida. Es de noche.
Veo la gente pasar. Recuerdo el sentimiento irracional de que otras personas me
estuvieran observando en las caminatas a estas horas. Lo vuelvo a sentir. Me
siento corpóreo de vuelta. Recuerdo el sentimiento a estas de la noche al ver
gente pasar. Sentía una enorme curiosidad de que vida tenía cada uno de ellos.
Me nacía en ese momento pararlos y empezar a hablarles y, sin embargo, la ansiedad
social me evitaba hacer cualquier movimiento. Ahora puedo ir y observarlos sin
miedo, quedarme en sus vidas y conocerlos profundamente. La curiosidad sigue
existiendo, pero en este momento soy feliz siendo otra persona más en esta
ciudad.
3 de
noviembre de 2029. Conozco una chica. Se llama Jessica. Tiene un noviazgo con
un chico. Soy capaz de experimentar el primer amor una nueva vez. Me hacen
felices. Hay discusiones, hay peleas. Pero sé que los dos están bien y los dos
se aman el uno al otro.
12 de
enero de 2029. De un día para el otro, Jessica escapa. No entiendo. Su novio
duerme en su cama y Jessica se levantó intentando no despertarlo. Se fue hacia
un aeropuerto. Compro un pasaje y se alejó. La vi alejarse y no la entendí.
Todo estaba tan bien. Desde ese momento, nunca más fui a ver a Jessica. No la
entiendo y me deprime no poder entenderla. Tal vez si me hubiera quedado le
hubiera dicho a alguien o tal vez no. No merecía la pena. Lo único que quería
es preguntarle el por qué, pero nunca voy poder hacerlo.
15 de mayo
de 2035. Viajo a la casa de mi infancia. Tengo recuerdos, pero ninguno
especifico. Veo a mi madre, envejeció con el tiempo. Tiene una foto mía, pero
me da miedo que no me recuerde. Voy a mi vieja habitación. Lo único que queda
de mi infancia son las grietas en las paredes. Recuerdo algunas con enorme
detalle. Una dibujaba la forma de un feto, siempre la veía cuando miraba al
techo y pensaba. Nunca pensé sobre esa grieta de forma activa, siempre estuvo
de fondo acompañando mis pensamientos.
16 de mayo
de 2035. Voy a mi vieja escuela. Todo el diseño es nuevo, pero no importa.
Tengo recuerdos que no puedo explicar en mi memoria. No sobre hechos en
específico, sino sobre sentimientos que no puedo explicar. Me quedo todo el día
viendo a los niños. Me hacen acordar a mi infancia. Recuerdo soñar despierto en
la escuela y tener la fantasía de que mi yo adulto viaje al pasado y le de todo
lo que sabe a mi yo del pasado ¿Qué hubiera hecho yo si hubiera sabido todo lo
que paso desde entonces? Toca el timbre y acompaño a los niños a volver a su casa.
28 de
enero de 2042. Otro aniversario pasa.
18 de
junio de 2050. Escucho una conversación pasar. Hablan de Jessica. Aun la
recuerdo. Intentan explicar el porque hizo lo que hizo. En los momentos en
donde hablo conmigo mismo, siempre intento teorizar por qué Jessica se fue. Me
da rabia pensar que la información que tienen es igual a la que yo tengo.
-Tal vez
se fue porque era una psicopatía y le gustaba que el novio sufriera por su
abandono- siguió la conversación. Jessica se vuelve cada vez peor en mis
recuerdos.
31 de enero
de 2054. Muere mi mama.
19 de
agosto de 2054. Me volví mejor pasando el tiempo. Antes días aburridos eran una
tortura. Ahora puedo pasar una gran cantidad de tiempo sin nada que me estimule
sin problemas. Aun así, por más rápido que pase el tiempo, infinito va a seguir
siendo infinito; el tiempo total que tengo que sufrir esto se mantiene
intocable por más rápido que pasen los días.
22 de marzo
de 2055. Observo un compositor amateur creando una pieza musical. La pieza no
tiene nada en especial y numerosos problemas técnicos, sin embargo, el disfruta
haciéndola. Lo envidio profundamente. Después de todo este tiempo, me volví un
maestro de cualquier técnica de arte conocida. Vi millones de obras nacer y
terminar, fui testigo del proceso creativo de cada una de ellas. Y, sin
embargo, no puedo hacer nada con ese conocimiento. Solo me bastaría un
instrumento y una hoja para anotar notas, o un pincel y un lienzo, o una página
en blanco, para poder crear, para hacer algo que perdure. Ni siquiera pido que
exista un lector el cual mi arte pueda atravesar. Me conformo con solo crear.
Sin embargo, ni siquiera eso puedo. Cada historia o idea que mi cerebro maquina
está condenada a morir en mí. Veo todo lo que creo y puedo crear desapareciendo
lentamente en mis recuerdos.
3 de mayo
de 2057. Lucia habla de mi en una conversación pasajera. Habla de nuestra
relación de forma distante; una vieja relación que ya no le importa, yo como un
viejo novio que tuvo en algún momento. No puedo dejar de pensar en eso.
28 de
enero de 2060. Otro aniversario pasa. Me veo al espejo y solo puedo ver una
silueta.
16 de
marzo de 2060. Me cansaron las personas. Son todas iguales. Los mismos
patrones, los mismos tipos, los mismos sentimientos. No hay nada ya que no haya
conocido, vi desamores, vi accidentes que arruinaron vidas, vi gente redimirse
de las acciones más atroces. Todo lo que puedo ver ahora son repeticiones de lo
que ya vi en otro momento.
1 de junio
de 2060. Muere Lucia.
3 de
noviembre de 2064. Conozco una mujer experimentando el amor por primera vez. No
sé porque, pero todo lo siente ya lo recuerdo, no sé de quien en específico lo
viví, pero no hay nada nuevo que esa mujer me pueda ofrecer.
18 de mayo
de 2070. Todas las personas que conocí en vida están muertas, el mundo en el
que vivo es irreconocible del que me vio morir. La recuerdo a ella, Sofia, lo
que me pudo ofrecer. No recuerdo nada de ella, nada especifico que hubiéramos
hecho, solo recuerdo el sentimiento que tenía al estar acostado junto a ella.
Fue el amor de mi vida y ahora está muerta mientras que yo estoy condenado a
vagar eternamente en este mundo. Rezo que ella no hubiera sido estúpida como
yo, que no se separe del mundo, que no vuelva a gozar (pero a su vez vuelva a
sufrir) como si de estar vivo se refiere. Si yo tengo que estar condenado a
esto que así sea mientras que el resto sea libre, mientras que Sofia sea libre.
30 de
enero de 2070. A partir de este día deje de pensar.
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