sábado, 8 de octubre de 2022

Preludio: el Final de un amor

  Preludio: el Final de un amor


Los dos amantes entraron en aquella habitación. Por supuesto, aún ignoraban las fatales consecuencias que tendría lo que para ellos había sido un acto inocuo. La habitación contenía características particulares que la separaba de las demás; si dos personas entraban en ella, solo una podía salir. En otras palabras, esa noche uno de ellos iba a morir, y la decisión de cuál de los dos sería estaba en sus manos.

Ella resolvió la pregunta sin pensarlo demasiado: estaba más que feliz sacrificándose por el amor de su vida. Él, por el contrario, se percató de la verdadera oscuridad que entrañaba la decisión y, a su vez, entendió la responsabilidad que acarreaba, pues solo él se había dado cuenta de cuál era el verdadero sacrificio que debía realizarse esa noche. Concluyó, en su reflexión, que el verdadero privilegiado no iba a ser quien saliera vivo de ese lugar, sino aquel de los dos que muriese y, por eso mismo, era él quien debía sobrevivir. En su sacrificio apócrifo, su amada moriría en completa gloria por aquella persona a la que más amaba, y en el momento en el que más la amaba. Una vez la vida de los dos empezó a correr peligro dejaron de importar todas las peleas y las inseguridades; todas aquellas complejidades que componen una relación humana de ese calibre ya no existían. En ese momento, en ese sacrificio, en esa decisión, el amor lo trascendía todo. Dicho amor se había inmortalizado, se había vuelto intocable e infinito, pues, si los dos hubieran sobrevivido aquella noche, el mismo se habría disipado con el pasar de los años; se habría tornado tedioso y aburrido. Pero en el momento en que entraron en esa habitación el amor transcendió fuera de todo tiempo y espacio, y ella, en su privilegio, moriría en la presencia de un amor eterno o, incluso mejor, siendo aquel amor la causa activa de su muerte ¿Y quién no moriría felizmente por tal gloria, en dicha felicidad eterna? ¿Qué desalmado rechazaría morir por aquello único que en verdad importa? La única persona que podía realizar semejante sacrificio era él. Pero, ¿por qué rechazaría tan gloriosa forma de terminar con su vida? La razón era ella. Él la amaba demasiado y no podía permitirse lastimarla.

Así, de entre los dos, él se condenaba a una vida vacía y sin sentido, una vida lejos de la persona que más ama, una vida llena de constantes preguntas y un terrible recuerdo que nunca lo dejará en paz: el recuerdo de haber sido el asesino del amor de su vida. Ni siquiera el suicidio se hallaría disponible como escape, en tanto que su sacrificio no estaría completo si eligiera acabar con su vida una vez saliese de la habitación. Después de todo, sería lo último que ella quisiera el que su muerte resulte en vano, y que la vida que con tanto amor le regaló a su esposo resulte en un desperdicio. Así, el verdadero sacrificio solo estaría completo una vez que él aproveche la vida que aquella noche le fue obsequiada, y una vez que pueda darle utilidad a la muerte de su amada. La última implicación, el último sacrificio, su último deber —y, tal vez, el más difícil de todos— sería, eventualmente, el tener que olvidarla. La única forma de ser feliz después de ese momento era olvidándose de ella y no recordándola nunca más. Su último deber era abandonarla para siempre, pero no por su propio deseo, sino por ella, y para complacer aquel deseo por el que ella murió. Y él está más que dispuesto a hacerlo, porque su amor es más fuerte que cualquier adversidad presente.

Obviamente, para que el sacrificio tuviera sentido, su amada no podía saber nada de esto. Debía morir en paz pensando que fue ella la que se sacrificó por él, y no al revés. Antes de que ella se pueda percatar de su propio egoísmo, un puñal se enterró en su estómago. A pesar de que los dos lloraban por el final de su amor, los dos eran felices.


1 comentario:

  1. Muy buen cuento. Te invita a pensar en si lo que el hombre creía era simplemente una ilusión para mentirse asi mismo de si en realidad quiere salir vivo por miedo a la muerte.
    Espero con ansias el proximo cuento🫶

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